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Mostrando las entradas etiquetadas como Aves

Un banquete fúnebre

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S i hay algo después de la muerte es sin duda alguna la llegada de los buitres. Los ejemplares adultos de buitre leonado ( Gyps fulvus ) presentan un collar o "gola" de pluma blanca y aspecto algodonoso, un pico de color hueso y los iris anaranjados. Aínsa (Huesca). Todas las especies de un ecosistema, sin excepción, desde los animales y vegetales hasta los hongos y bacterias, están interrelacionados en lo que llamamos redes tróficas. Si nos paramos a pensar en quiénes dominan estas redes tróficas seguramente pensaríamos en los superpredadores: lobos, águilas, leones, pumas... Pero la realidad es que la última palabra no la tienen ellos. Es más, no la tiene nadie, porque se trata de una red y como tal no tiene principio ni final. Y precisamente ahí está la clave, el reciclaje no es una opción en la naturaleza. Es un proceso imprescindible para cualquier ecosistema recircular su materia orgánica, pues sin organismos que la degradasen sería cuestión de tiempo que to...

Los ojos de la noche

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El chuncho ( Glaucidium nanum ) es una estrigiforme de hábitos crepusculares similar en aspecto y costumbres al mochuelo europeo ( Athene noctua ) capaz de cazar otras aves que le superan en tamaño corporal gracias a sus afiladas garras y su potente pico. Torres del Paine, Chile. C uando nuestro día termina, una multitud de animales aprovechan el amparo de la noche para abandonar sus nidos y madrigueras. Un frenesí de actividad que pasa desapercibido a nuestros ojos pero no por ello juega un papel menos importante para el funcionamiento de los ecosistemas. En este mundo nocturno se dan los mismos roles que ocurren bajo la luz del Sol. Hay disputas por el territorio, anuncios para encontrar pareja, animales que comen y otros que son comidos. Todo este ajetreo ocurre bajo la atenta vigilancia de aquellos que, inmóviles como piedras desde su posadero, registran cada movimiento y cada sonido, por diminuto que sea, que rompa el silencio y la quietud del bosque nocturno. Si algún an...

De los cielos a los mares

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El pingüino de Magallanes ( Spheniscus magellanicus ) se reproduce en las tierras más australes del continente Americano. Isla Magdalena (Chile). C on un cuerpo más parecido a un botijo que a la típica forma de ave a la que estamos acostumbrados, el pingüino de Magallanes ( Spheniscus magellanicus ), como el resto de pingüinos, ha dado la espalda a toda adaptación al vuelo adquirida desde que las aves comenzaron su camino de especialización al medio aéreo. Bueno, vale que no siguen los cánones de belleza en lo que a aves se refiere, pero sería injusto compararlos con un botijo sin explicar las ventajas de este diseño corporal que realmente tiene bastante más similitudes con un barco o un torpedo. Ya hemos visto algún grupo de aves adaptadas a la caza bajo el agua, pero los pingüinos ganan por goleada en lo que a buceo se refiere. Han sacrificado toda posibilidad de levantar el vuelo al acortar y comprimir los huesos alares y han soldado sus articulaciones para convertir ...

A cabezazos con la vida

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Macho de carpintero negro ( Campephilus magellanicus ) posado sobre un tronco de lenga. Parque Nacional Torres del Paine (Chile). I magina que vas corriendo a 25km/h y te das en la cabeza contra un tronco. Lo más probable es que caigas al suelo con una conmoción cerebral. Peor: imagina la consecuencias de recibir ese golpe a cada segundo durante un día entero. Los pájaros carpinteros (de la familia Picidae ) van unos cuantos pasos más allá. Estos animales buscan su comida, generalmente compuesta por larvas de insectos xilófagos (que se alimentan de madera), que viven varios centímetros bajo la corteza de los árboles. Para ello golpean el tronco con su pico y lo agujerean para tener acceso a los bocados más jugosos.Durante este proceso, algunos de ellos son capaces de golpear los troncos a esos 25km/h de velocidad, nada más y nada menos que hasta 20 veces por segundo en cortos intervalos de tiempo durante varios minutos. No sólo emplean este método, aparentemente masoquista,...

La era de los dinosaurios voladores

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Cormorán moñudo ( Phalacrocorax aristotelis ) posado, Formentera. La nanoestructura y grasa de sus plumas repele el agua a modo de aislante. L os dinosaurios no se extinguieron, asumámoslo. Sus estrategias evolutivas les confirieron ventaja sobre el resto de grupos y dominaron la Tierra durante cerca de 135 millones de años (ahí es nada) en los que se diversificaron dando lugar a multitud de formas. Allá por el Jurásico algunos de ellos pertenecientes a los terópodos dieron un paso que marcaría una diferencia tremendamente importante en su futuro evolutivo: desarrollaron plumas. Entonces llegó aquel evento de extinción K/Pg (Cretácico/Paleógeno) provocado por un meteorito que hace 66 millones de años puso fin a muchísimos linajes de dinosaurios. Pero no a todos. Algunos de estos terópodos resistieron a esta extinción y lograron sobrevivir otros 66 millones de años más, diversificándose en multitud de especies que aún hoy se encuentran entre nosotros. Los podemos ver y oír c...