El autor
Soy Andrés, nacido en 1990 en un Madrid en el que aún resido cuando no estoy de viaje. Cualquier excusa me sirve para escapar de la ciudad, salir a conocer mundo y acercarme a la naturaleza más salvaje.
Aunque no suponga ningún respaldo ni autoridad, puesto que en mi opinión cuando se trata de conocer la naturaleza tiene más importancia la pasión, la experiencia y la vocación que la formación académica; decidí formarme primero como maestro de educación primaria y posteriormente como biólogo, enfocando mi trayectoria hacia la biología ambiental y titulándome en 2015 por la Universidad Complutense de Madrid.
No puedo obviar el peso que han tenido los cientos de documentales que he visto junto a mi padre en el sofá de mi casa en la decisión de dedicarme a estudiar la vida que nos rodea; ni olvidar aquellas aclaradoras consultas a los cuadernos de campo de Félix Rodríguez de la Fuente que aún se conservan en el salón de mi casa junto a toda la serie en libros y VHS de El Hombre y la Tierra.
Me apasionan la naturaleza, la montaña y los viajes, a los que intento dedicar la mayor cantidad posible de mi tiempo. Estas pasiones me vienen en gran parte gracias a mis padres que desde bien pequeño nos llevaron a mi hermano y a mí a conocer cada rincón de la Península Ibérica y nos enseñaron a valorar lo que la naturaleza nos ofrece y el respeto que le debemos a cada uno de los elementos que la componen.
A medida que fui conociendo otros lugares en el mundo mi atracción por la naturaleza creció y sentí la necesidad de transmitir la importancia que para mí tiene conservar la naturaleza de la que dependemos para vivir todos los seres vivos. Por supuesto, para conservarla el primer paso fundamental es conocerla: saber lo que existe a nuestro alrededor, comprenderlo y valorarlo como merece. Al mismo tiempo fui advirtiendo las innumerables amenazas que supone para la vida en el planeta y la biodiversidad el actual desarrollo de la humanidad guiado por unos modelos irrespetuosos y atroces que no valoran la naturaleza más que como una mera fuente de recursos, cada vez más escasos pero más explotados.
Hace cerca de 8 años me compré de segunda mano una pequeña cámara bridge para que me acompañase en mis viajes a la montaña sin tener que llevar mucho peso extra en la mochila. Esta cámara, que aún conservo, me enseñó las bases de la fotografía y me ha dado miles de imágenes que conservo con un tremendo cariño.
Así fue como comencé a interesarme por la fotografía de naturaleza, en la que encuentro una herramienta para transmitir mi visión y el valor que para mí tiene el medio que nos rodea. A pesar de que no llevo demasiado tiempo dedicado a la fotografía, donde me siento aún un novato con mucho que mejorar; sigo aprendiendo cada día con cada disparo y sigo sorprendiéndome con cada visión, situación y momento que la naturaleza nos ofrece y que intento, en la medida de lo posible, plasmar en una imagen fija.
Sé que nunca dejará de sorprenderme este mundo, y sé que jamás llegaré a conocer todo lo que nos ofrece. Pero también sé que el placer y el disfrute que me brindan los momentos que paso inmerso en la naturaleza no tienen precio.
No puedo obviar el peso que han tenido los cientos de documentales que he visto junto a mi padre en el sofá de mi casa en la decisión de dedicarme a estudiar la vida que nos rodea; ni olvidar aquellas aclaradoras consultas a los cuadernos de campo de Félix Rodríguez de la Fuente que aún se conservan en el salón de mi casa junto a toda la serie en libros y VHS de El Hombre y la Tierra.
Me apasionan la naturaleza, la montaña y los viajes, a los que intento dedicar la mayor cantidad posible de mi tiempo. Estas pasiones me vienen en gran parte gracias a mis padres que desde bien pequeño nos llevaron a mi hermano y a mí a conocer cada rincón de la Península Ibérica y nos enseñaron a valorar lo que la naturaleza nos ofrece y el respeto que le debemos a cada uno de los elementos que la componen.
A medida que fui conociendo otros lugares en el mundo mi atracción por la naturaleza creció y sentí la necesidad de transmitir la importancia que para mí tiene conservar la naturaleza de la que dependemos para vivir todos los seres vivos. Por supuesto, para conservarla el primer paso fundamental es conocerla: saber lo que existe a nuestro alrededor, comprenderlo y valorarlo como merece. Al mismo tiempo fui advirtiendo las innumerables amenazas que supone para la vida en el planeta y la biodiversidad el actual desarrollo de la humanidad guiado por unos modelos irrespetuosos y atroces que no valoran la naturaleza más que como una mera fuente de recursos, cada vez más escasos pero más explotados.
Hace cerca de 8 años me compré de segunda mano una pequeña cámara bridge para que me acompañase en mis viajes a la montaña sin tener que llevar mucho peso extra en la mochila. Esta cámara, que aún conservo, me enseñó las bases de la fotografía y me ha dado miles de imágenes que conservo con un tremendo cariño.
Así fue como comencé a interesarme por la fotografía de naturaleza, en la que encuentro una herramienta para transmitir mi visión y el valor que para mí tiene el medio que nos rodea. A pesar de que no llevo demasiado tiempo dedicado a la fotografía, donde me siento aún un novato con mucho que mejorar; sigo aprendiendo cada día con cada disparo y sigo sorprendiéndome con cada visión, situación y momento que la naturaleza nos ofrece y que intento, en la medida de lo posible, plasmar en una imagen fija.
Sé que nunca dejará de sorprenderme este mundo, y sé que jamás llegaré a conocer todo lo que nos ofrece. Pero también sé que el placer y el disfrute que me brindan los momentos que paso inmerso en la naturaleza no tienen precio.
Hola, muy interesante tu blog, te invito a que te des una vuelta en el nuestro.
ResponderEliminarsaludos
https://revistarimega.blogspot.mx/
¡Gracias! Justo esta mañana ha estado leyendo vuestra entrada sobe Lunularia cruciata. Muy interesante, lo enlazo a mi lista de blogs recomendados.
EliminarUn saludo.