Luces del cielo y la tierra
Una aurora boreal tiñe el cielo de verde reflejándose en la laguna glaciar Jökulsárlón. El resplandor anaranjado del horizonte lo produce el volcán Bárðarbunga que se encuentra activo bajo el mayor glaciar de Islandia. N ada menos que 150 millones de kilómetros separan la Tierra de su estrella más cercana, el Sol. Sin él la vida no sería posible tal y como la conocemos. Un poco más cerca y la Tierra estaría abrasada. Un poco más lejos y se congelaría. Es el motor de la vida en la Tierra y la base de la práctica totalidad de las cadenas tróficas que existen en ella además de determinar el clima, los vientos y las precipitaciones en todo el planeta. También nos aporta luz en una nada despreciable franja del espectro electromagnético, aunque sólo seamos capaces de ver el 40% de esta luz, que es lo que abarca nuestro rango de visión. La mitad de toda su radiación es luz infrarroja, invisible a nuestros ojos, y supone el principal aporte externo de calor al planeta. Sin este apo